Reflexión sobre libro “Psicólogos destacados: Trayectoria profesional y visión de la psicología puertorriqueña
Resumen
Con mucho entusiasmo comparto con ustedes mis reflexiones sobre este libro de reciente publicación que permite conocer con detalle la trayectoria profesional y las experiencias en ese recorrer, de 30 destacados/as colegas, entre ellos la de esta servidora. Antes que nada, invito a los y las lectoras a participar de este banquete que para mí ha sido una experiencia muy enriquecedora y estimulante. Quizás algunos/as de ustedes se pregunten qué hace diferente este libro y por qué leerlo? En mi caso particular, tengo dos experiencias con el mismo: por un lado, la de mi propia reflexión e introspección que relato sobre mi trayectoria y vivencias con la psicología, lo que significó una experiencia que siempre atesoraré, y por otro lado; la de adentrarme en los relatos de cada exponente, que me permito denominar “mini-historias”, aunque cabe reconocer que por su contenido y profundidad resultan “maxi-experiencias de vida”. Es sobre esta segunda experiencia personal con el libro que enfoco esta reflexión.
En primer lugar, la lectura de estos 30 relatos significó para mí como una buena degustación de platos exquisitos y únicos, acompañados de un buen vino, porque cada historia es única y se saborea diferente. Por otro lado, percibo unas similaridades que trascienden las particularidades y atraviesan las historias. Una especie de ejes transversales. Permitiéndome una digresión, lo comparo con nuestro Puerto Rico, que se nutre de tanta diversidad poblacional, mezcla de razas, costumbres, celebraciones, música, comidas típicas y rituales, propios de cada región, ciudad y comunidad, pero que en su conjunto nos lleva a tener una cultura propia producto de todo ese entramado social. Así de diversa, amplia y profunda es la profesión psicológica y los personajes que han ido forjando su devenir histórico, entre los cuales se destacan los 30 que recoge este libro.
Desde mi particular mirada, los relatos, cada uno en su unicidad, los entrelazan cinco elementos comunes que identifico: pasión, entrega, compromiso, misión de servicio y conciencia social. (1) Pasión por el saber, por descubrir, explicar y enseñar, (2) entrega a la disciplina y a su práctica desde múltiples escenarios, métodos y miradas; (3) compromiso con el desarrollo de la psicología que los impulsa a nuevos derroteros ; (4) misión de servicio, para ayudar y atender las necesidades y aliviar el sufrimiento de la gente, y por último todo esto enmarcado en una (5) conciencia social que permea la búsqueda de prácticas solidarias y justas que aporten a la sociedad y al bien común. Estos cinco elementos, a mi juicio, son los ejes que atraviesan de una u otra forma todas las historias que se presentan en el libro.
No creo que exista otra disciplina que permita tanta diversidad de miradas, saberes, prácticas, poblaciones y espacios de desarrollo y acción como la psicología, especialmente en este momento histórico. Precisamente, considero que este crecimiento y desarrollo exponencial de nuestra profesión ha sido influenciado por la labor, el esfuerzo, el rigor científico y la entrega de estos y de otros/as colegas en las pasadas décadas. Así de diversa como es nuestra disciplina, son estas trayectorias y experiencias de vida, de aprendizajes, de saberes, de retos y de logros que permean las narrativas de estos destacados/as psicólogos/as.
A través de estos conversatorios personales, íntimos y particulares, descubrimos múltiples diferencias en los procesos y factores que influyeron para iniciarse en la profesión. Algunos/as arribaron al estudio de la psicología por influencias de familiares y de otros modelos de vida como señaló Bandura (e.g. Miguel Martínez, Glorisa Canino, Herrans) hubo otros en los que hasta mediaron procesos inconscientes Jungianos, como por ejemplo el caso de Guillermo Bernal, quien tenía familiares no conocidos en Cuba que se habían destacado como psicólogos; otros colegas fueron influenciados por algún evento casual o accidental (e.g. Cangiano). En el caso de Alfonso Martínez fue quedar fascinado ante la lectura de un libro de psicología lo que lo llevó a un proceso autodidáctico y eventualmente a estudiar psicología de manera formal. Para varios otros colegas, entre los que me incluyo, el interés por la psicología surgió de la curiosidad por conocer más de la mente y buscando respuestas a la vida y a las relaciones humanas (e.g. José Pons, Pascual Merlos); otros/as encontraron a mentores/as, profesores que los guiaron y orientaron al llegar a la universidad, personas que reconocieron su talento, capacidades, motivaciones y sentido de responsabilidad (e.g. Bauermeister, Bernal, Blanca Ortíz, Pando, Cynthia García, Carmen I. Rivera, entre otros/as). Algunos/as fueron influenciados por condiciones de vida, familiares e históricas (ej. Dolores Miranda, Nydia Ortíz). Algunos tuvieron oportunidades que les llegaron inesperadamente y que contribuyeron a su inserción en la disciplina o a fortalecer su decisión. Finalmente, para otros y otras sus inicios en la psicología fueron el resultado de una combinación de factores. Esa diversidad que enmarcó sus inicios siguió coloreando las historias de cada trayectoria en su recorrido hacia la adquisición de conocimientos y experiencias que esta disciplina y su amplitud de posibilidades permite.
Por otro lado, esta reflexión estuvo guiada por intentar responder una pregunta obligada: Qué es lo que más me impactó de esta lectura? Al buscar responderla, no me fue posible identificar un solo asunto o tema impactante. Puedo admitir, sin lugar a dudas, que me impactaron muchas cosas que voy a resumir en cuatro temas: En primer lugar, quedé impactada ante la enriquecedora y vasta trayectoria de los y las colegas destacados con sus múltiples aportaciones, logros, creatividad y energía inagotable, matizada por la entrega, un alto sentido de compromiso y de conciencia social que discutí previamente. En Segundo lugar, me impresionó conocer de la presencia de tantos mentores/as, profesores/as y personas allegadas que les sirvieron de modelo y de estímulo para encaminarlos, abrir sus mentes, provocarlos y apoyarlos brindándole oportunidades que les permitieron formular y alcanzar sus metas. En tercer lugar, me impactó la diversidad de trasfondos familiares y socio económicos y el significado que cada uno le adscribe a estas experiencias en su vida y trayectoria profesional. Finalmente y no menos importante, me impactó encontrar en todos y todas la vocación por la docencia y la importancia que le adscriben al proceso de enseñanza aprendizaje de las nuevas generaciones. Esto es, somos esencialmente maestros y maestras de la disciplina psicológica. Para algunos ha sido o sigue siendo nuestra principal vocación en el contexto de la disciplina.
Para concluir, este libro retrata un prisma humano y profesional que entiendo ha ido alumbrando nuestro cielo Boricua en el desarrollo de nuestra disciplina por las pasadas cuatro a cinco décadas. Como se indica en su contraportada, es “un documento clave para conocer más a fondo la historia de la Psicología Puertorriqueña y pone de relieve el sacrificio, motivación y tenacidad de todos estos profesionales en resaltar la profesión de la psicología en Puerto Rico”. Yo me permito añadir, como “documento histórico” ayuda a entender mejor el desarrollo y la evolución de la Psicología en Puerto Rico y al igual que proponen sus editores, Alfonso Martínez Taboas, Irma Roca de Torres, Frances Boulón Jiménez y Neri-Jo Fernández Ortíz, confíamos sirva para guiar, estimular y promover a las futuras generaciones de psicólogos/as. Entiendo que con esta publicación realizamos un pase de batón a esa nueva generación para que sigan repensando y co-creando la psicología y para que como dice nuestra querida colega Carmen Inés Rivera Lugo, “que podamos, si luchamos por ello, no solo vivir, sino vivir bien”.